Hemos empezado el año con una de las peores noticias: Nuestra compañera Esther Escudero se nos ha ido por culpa de una cruel enfermedad. Esther, a la que siempre podías ver por los pasillos con su bata blanca, su bolsillo frontal lleno de bolígrafos y acompañada por su gente del laboratorio de Análisis Químicos, “su familia”, con la que tenía una relación muy especial: Emilia, Pepa, Mary.
Esther llegó al CENIM en 1990, tras licenciarse en CC. Químicas por la UCM en junio de 1989, incorporándose como becaria al Departamento de Corrosión y Protección donde realizó su tesis doctoral: “Estudio del comportamiento del aluminio desnudo y los productos anodizados del aluminio en atmósferas de distinta humedad relativa y grado de agresividad”. En 1994 entró a formar parte de la unidad de apoyo y Servicio de Análisis Químico del CENIM, convirtiéndose en la jefa de unidad en el año 1998, donde trabajó hasta su fallecimiento en febrero de este año.
Podríamos detallar su CV, los proyectos en los que ha participado, las publicaciones, los comités, su conocimiento de las técnicas analíticas y del análisis de materiales metálicos… todo eso que tiene mucha importancia para alguien que trabaja en investigación como nosotros en el CENIM, pero preferimos centrarnos en su enorme valor humano, la increíble y estrecha relación que la unía con el personal de su unidad, cohesionando su equipo, formando piña y siempre peleando por su gente, por las chicas de las batas blancas.
Y por supuesto, recordar su enorme compromiso con la Igualdad, participando en las actividades que hemos organizado en el CENIM por el 11F, Dia de la Mujer y la Niña en la Ciencia y el 8M, Día Internacional de la Mujer.
Ya no te veremos compartiendo con los compañeros de administración charlas y risas en la terraza del CENIM los viernes, ni animando a Emi a promocionar, ni formando a nuevos compañeros en el laboratorio. Este año, la foto del 8M no es la misma sin ti. Te echaremos de menos, compañera. Que la tierra te sea leve.