El bosón de Higgs y el CERN (un ejemplo de buena inversión en infraestructuras científicas)
El descubrimiento del bosón de Higgs en el CERN, anunciado el 4 de julio de 2012, catapultó la física de partículas a la primera página de los medios de comunicación de todo el mundo.
Era el feliz desenlace de la búsqueda de esta singular partícula, propuesta en 1964 por Robert Brout, François Englert y Peter Higgs; un hito científico excepcional que ha exigido recursos humanos y materiales de una magnitud sin precedentes en la investigación básica, resultado de aunar brillantes desarrollos teóricos, enormes avances en la instrumentación y en instalaciones científicas (aceleradores y detectores) de extraordinaria complejidad, coste y dimensiones. Las creaciones intelectuales más extraordinarias de la segunda mitad del siglo XX. Este Modelo describe las propiedades de los constituyentes últimos de la materia (quarks y leptones) y de las fuerzas fundamentales a través de las cuales interaccionan. Sin embargo el Modelo Estándar que explica prácticamente todas las medidas realizadas hasta la fecha en una gran variedad de experimentos, deja demasiadas preguntas aún sin resolver que sugieren la necesidad de extenderlo y modificarlo. Una de ellas es la existencia de materia oscura, establecida experimentalmente y que el Modelo Estándar no acierta a describir.
La investigación desarrollada en instalaciones científicas como el CERN, aunque con un objetivo principal bien definido en ciencia básica también aporta otros beneficios tecnológicos, aplicaciones y de internacionalización, todos ellos con fuerte impacto social, excediendo el ámbito científico original de física de partículas.
